domingo, 15 de marzo de 2009

Y la guitarra se quedó sola...


El viernes pasado estuve tomando unas cervezas con mi amigo Paco y sacamos el tema de la música, tema que nos une mucho y por el que sentimos verdadera pasión. Nos lamentábamos de que en las generaciones jóvenes parecía que se había perdido o descuidado el uso de la música aplicada a la pastoral y a la liturgia.

Recordábamos lo importante que fue en los años 80, en los inicios del CJC de Granada la canción. Se cantaba muchísimo y llegamos a editar un cantoral (que ya ha tenido 3 ediciones). Por las canciones que cantábamos muchos jóvenes encontraron un medio estupendo de expresar su experiencia de fe y muchos aprendieron a orar.

En los últimos años, cuando los que habíamos liderado este ministerio hemos querido dar paso a otros más jóvenes nos hemos encontrado conque no hay relevo. Llevamos 30 años animando las eucaristías con nuestras guitarras y el día que tenemos que ausentarnos se canta "a pelo" o no se canta. ¡Qué tristeza!

Y el caso es que a los jóvenes de los grupos, cuando les enseñas las canciones en convivencias o pascuas, les encanta oírlas y a duras penas las cantan. Pero es lluvia de un día. Es como los clinex.

¿Estaremos de nuevo ante un síntoma más del cambio generacional o cultural postmoderno?

Sobre esto hay mucho que hablar y que escribir. Volveré a la carga en otro momento.

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