lunes, 23 de marzo de 2009

Cuidar la vida para transparentar la eucaristía


Llevo un mes sin poder celebrar la eucaristía con mi comunidad. Cada fin de semana he viajado a Granada para estar con mi madre en el hospital y echar una mano a mis hermanos que cargan con su cuidado de lunes a viernes. Cuando empezó esto habíamos tratado en comunidad el tema de la eucaristía, siguiendo el temario de la Fraternidad, y se me quedó grabada la frase que da título a esta entrada del blog: cuidar la vida para transparentar la eucaristía.


En este mes de apartamiento he vivido intensamente la experiencia del dolor, de la cercanía de la muerte, del perdón, de la intercesión en los conflictos, de la paciencia, de la caridad; también de la alegría de la curación, de la fortaleza en la debilidad, de la fe intensa, de la esperanza contenida. ¡Cuánto he echado de menos compartir esto en nuestra eucaristía! Cada sábado he esperado la hora de la eucaristía comunitaria, me he sentido unido a todos y me he sentido querido por todos.


Dice el texto del tema que cada acto nuestro tiene que vivirse como parte de la eucaristía que nos reunirá el domingo (sábado). Así lo he querido vivir y así deseo celebrarlo con los hermanos.


La eucaristía no es un acto más de la semana. Forma parte de mi vida.

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